La Educación del Presente

 


La educación del futuro presente


“Las universidades podrían no haberse dado cuenta aún de qué tan Blockbuster están siendo”



“Las universidades parecían haber estado dormidas en sus laureles a nivel digital y ahora que han despertado, no pueden permitirse regresar a la ‘normalidad’ sin la adecuada introspección”. (Foto referencial: Freepik).




Gian Gallia Bravo Mejía

Especialista en Transformación Digital y EdTech



Vivimos en un mundo cada vez más veloz y camaleónico.  ¿Recuerdas a Blockbuster?  Hoy su modelo de negocio no tiene ningún vestigio salvo cuando se desempolva su marca para ilustrar en una clase de negocios lo que no se debe hacer.  Recuerdo que para ver una película debíamos trasladarnos hasta el local más cercano, buscarla entre los anaqueles cruzando los dedos para que esté disponible, hacer una usual cola para poder alquilarla, conducir de nuevo a casa... y verla.  Ahí no terminaba la rutina.  Había que rebobinar la cinta antes de devolverla -si queríamos evitar una multa-, trasladarnos nuevamente para retornarla al local y regresar a casa.  ¡Sólo recordarlo pone en pausa mis ganas de ver una! Era un modelo centrado en el producto físico y con un proceso netamente off line. 


A diferencia de entonces, hoy son más los dispositivos desde los cuales podemos consumir contenido.  Basta con encender el televisor, tablet, o smartphone, y tenemos a nuestra disposición un catálogo de cientos y hasta miles de películas en formato digital gracias empresas como Netflix, que supo adaptar su propuesta de valor y movieron sus pasos sobre el emergente mundo digital.  


En el 2020, la pandemia del COVID-19 recordó a la industria educativa, entre muchas otras, que ya no vivíamos en la era de Blockbuster.  En este nuevo contexto digital, entran en juego dos variables muy vigentes y extrapolables a los nuevos modelos educativos: la especialización del ‘offering’, y la inmediatez del acceso a ese contenido.  Vivimos en una era en donde en lugar de tener que trasladarnos hasta un lugar físico, el único trayecto que nos separa de iniciar una película, y por qué no, un nuevo aprendizaje, es la distancia que hay entre el cursor del mouse -o nuestro dedo- al botón de play de nuestras pantallas.  


Hoy en día veo un genuino esfuerzo por reinventarse.  También, tengo la impresión que no son pocas las que han abierto los ojos para darse cuenta qué tan Blockbuster están siendo, mientras que las startups educativas, ágiles y digitales, vienen continuando su ascenso y aceleración como lo supo hacer Netflix en su momento.


Sin ningún afán de colisionarlas entre sí, podemos observar algunas diferencias.  Mientras que en el modelo universitario usualmente debes esperar a una fecha cierta para iniciar un nuevo aprendizaje, en las academias online puedes iniciarlo on demand de manera inmediata.  Por otro lado, las universidades tienen una aproximación más profunda y, mientras un crédito académico puede equivaler a 16 horas y un curso puede extenderse a 48 horas, los cursos de la oferta en línea pueden ser compactos y tienen en promedio una duración de 1.5 - 2  horas, divididos a su vez en sesiones de microlearning de 5-8 minutos cada uno.   


Es cierto que no pueden (ni deberían) hacer un copy-paste de lo que vienen haciendo las startups de enseñanza online.  La educación universitaria tiene su propia ley que la regula, y los modelos y propuestas de valor de negocio son distintas.  Pero, lo que también es cierto, es que sí pueden aprender de la forma en la que una economía digital se comporta, cuáles son las nuevas tendencias de comportamiento y consumo de contenidos, las grandes oportunidades que pueden diseñar en el terreno digital, y la composición de talentos y nuevos puestos que pueden incorporar a sus empresas para sean muy eficaces y escalables, se apalanquen y puedan seguir coexistiendo sin necesidad de desaparecer.  Volver a pensar su oferta de extensión académica, observar nuevamente a sus nichos, hacer una autocrítica constructiva en relación al mejor outcome para el estudiante o el uso de la tecnología inherente en su propuesta educativa.  Es momento de trabajar en identificar e incorporar los aprendizajes de este momento único.  Esta vez, también, es importante rebobinar la cinta.  



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